Este octavo aniversario es distinto a los otros, porque resulta que el principal responsable político de la masacre, Duhalde, esta en campaña por las elecciones presidenciales del 2011. Nosotros creemos que Duhalde no puede ser candidato a otra cosa que no sea la cárcel. Es un perfecto líder de las clases dominantes, de la opresión. Fue enviado para detener la euforia popular y cumplió su tarea a sangre y fuego. Asesinando para desarticular a los sectores organizados en lucha, utilizando los medios de comunicación para demonizar al pueblo de pie, y a la policía asesina para reprimir.
En esta coyuntura de persecución generalizada a los luchadores sociales, mientras el compañero Roberto Martino es encarcelado por denunciar las políticas genocidas del Estado de Israel, Duhalde sigue libre, habiendo asesinado a dos militantes sociales. Acá hay un problema de intereses de clase, un choque de proyectos políticos antagónicos. Ellos quieren militantes muertos, ellos quieren palestinos mutilados, ellos quieren dirigentes populares encarcelados; y también lo quieren a Duhalde libre, porque los diferentes representantes de la opresión se pelean siempre y cuando no se encuentren en peligro sus intereses de clase. Y esos son los ocho años de impunidad del gobierno con más presos por luchar, el gobierno que asumió de la mano del mismo Duhalde. Y que como todos, continúa con una política de represión y persecución, porque eso no diferencia a los distintos programas políticos de la clase dominante. Contra esa impunidad, contra esa continuidad, nos manifestamos en contra.
En este mapa de persecución para el pueblo e impunidad para los poderosos, donde el Estado se desenmascara y se deja ver tal cual es, una máquina de matar, un aparato de violencia al servicio de las clases dominantes, porque la misma policía que reprimió y asesinó en Avellaneda hace ocho años, es la que reprimió en Kraft el año pasado, es la que reprime en Andalgalá, es la que persigue y encarcela a los luchadores. En este mapa de continuidad y complicidad, nosotros insistimos en que Duhalde no puede ser candidato a otra cosa que no sea la cárcel. Como presidente combinó de manera perversa un financiamiento para salvar a los banqueros por un lado, con una feroz y sistemática represión al pueblo por el otro. Nosotros consideramos que este asesino suelto no es un representante del bien común, sino todo lo contrario.
En este marco de unidad, nos reunimos diferentes organizaciones sociales, culturales, estudiantiles, artísticas, políticas, para repudiar de conjunto la candidatura de Duhalde, para conmemorar a los compañeros Darío y Maxi presentes y para gritar más fuerte que nunca que la lucha continúa y que la sangre de los caídos es rebelión.